El Pasado Judicial y otros demonios

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• ESTE ES UN ARTÍCULO DE OPINIÓN. No soy empleado del Departamento Administrativo de Seguridad, e infortunadamente tampoco puedo facilitarme el trámite a otro colombiano. Simplemente soy un ciudadano que ha sufrido el proceso.
• Si lo que desea es información de cómo tramitar el Certificado Judicial Colombiano remítase a la página del DAS (http://www.das.gov.co/).

Hace ocho días fui al DAS (Departamento Administrativo de Seguridad) a tramitar mi Pasado Judicial, un documento que supuestamente prueba que el portador no tiene antecedentes penales en Colombia.

Esta es la sexta vez en mi vida que por motivos diversos debo solicitar o refrendar el dichoso documento. Hoy en día se debe pedir cita, yo lo hice por Internet y tuve que esperar cerca de 20 días. Según la cita debía estar en las instalaciones del DAS entre la 1 y las 2 de la tarde. Arribe con 10 minutos de antelación y, vaya sorpresa, ya habían alrededor de 150 personas delante mío para un compromiso en el cual se supone que para cada hora existe un cupo limitado de personas.

A pesar del panorama las cosas no salieron del todo mal. Comparando con oportunidades anteriores en que me había gastado alrededor de 6 horas en ese trámite, esta vez solo necesité 2.

Algo muy curioso, por no decir patético, es que en cada ventanilla de atención hay cuatro personas: una para ingresar los datos al computador, otra que recibe el pago, otra más que escribe a manos los datos en el documento, y una última que toma la huella del solicitante. Todo un modelo de ineficiencia.

Pero el gran dilema no es acerca del trámite mismo, sino de la utilidad del documento. Cuando se tramita el Pasado Judicial el DAS hace una consulta de los antecedentes penales, y expide un documento válido por un año. Lo que significa que alguien puede tramitar el Pasado Judicial hoy, ser acusado de un delito el próximo mes y sin embargo – para efectos laborales o viajes al exterior – cuenta aún por 11 meses con un documento oficial que lo presenta como un individuo sin deudas ante la justicia colombiana.

Por supuesto surgen las dudas del tipo: ¿será que el DAS permitirá algún día a autoridades internacionales y organizaciones autorizadas, el consultar por Internet los antecedentes penales de los ciudadanos colombianos?

Al parecer la respuesta parece ser un rotundo ‘no’, y el motivo es un asunto más mundano que un problema técnico. El trámite del Pasado Judicial, realizado semanalmente por miles de colombianos y cuyo valor es de cerca de $29.000 (unos 12 dólares), es una de las principales fuentes de ingreso del DAS. Es más, con el objetivo de acrecentar el recaudo el DAS elimino casi totalmente las refrendaciones gratuitas y ahora es necesario pagar siempre por la re-expedición del documento.

Claramente abolir el trámite hace peligrar las finanzas de una entidad que debería verse soportada más por el presupuesto del Estado que por el bolsillo de los ciudadanos.

Es el colmo que los colombianos además de todos los impuestos, tengamos que financiar entidades públicas mediante trámites ineficientes. Con gusto pagaría los $29.000 –hasta más– para que coloquen mis antecedentes en línea y no tener que ir cada año a perder tiempo en el DAS.

Esta es para mi novia

Dime lo que sientes (Bacilos)

Dime lo que sientes, dimelo otra vez
dejame escucharte, dejame creer
hasta donde llega, hasta donde va
dime que es muy fuerte, que nos va a durar
dime que aunque a veces cuestan tanto las palabras
dime que me llevas en la mente y en las ganas
dime que va mas alla de una adiccion, de la piel , del corazon
dime lo que sientes, dimelo otra vez y otra vez y otra vez

habla con los ojos, habla con la piel
habla con las manos, ponlo en en un papel
dime lo que sientes cuando yo me voy
dime como duermes cuando yo no estoy

dime que aunque a veces cuestan tanto las palabras
dime que me llevas en la mente y en las ganas
dime que encontraste todo lo que un dia buscabas
dime que tu sientes lo mismo que yo
lo mismo que yo
lo mismo que yo lalala

dime que aunque a veces cuestan tanto las palabras
dime que me llevas en la mente y en las ganas
dime que encontraste lo que un dia buscabas
dime que tu sientes lo mismo que yo
lo mismo que yo na na na
lo mismo que yo

Computadores de 100 dólares, ¿por qué no en Colombia?

OLPC (One Laptop Per Child) es una iniciativa impulsada por Nicholas Negroponte, reconocido profesor del Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT) y autor del bestseller ‘Being Digital’.

OLPC desarrolla computadores de menos de 100 dólares, con todo y software, especialmente diseñados para la educación de los niños y únicamente para ser vendidos a gobiernos. Se supone que el diseño es bastante funcional y resistente, además de ser un computador portátil lo suficientemente moderno y poderoso para conectarse a Internet y cumplir con fines educativos. En Latinoamérica, Argentina y Brasil ya compraron 500.000 computadores cada uno.

Aquí, en Colombia existe el programa Computadores para Educar (CPE) del Ministerio de Comunicaciones. Este programa recoge donaciones de computadores usados, los refacciona, instala software y entrega a instituciones educativas de escasos recursos alrededor de todo país. Por otro lado, muchas de las máquinas recibidas en donación son totalmente obsoletas y terminan en bodegas recogiendo polvo.

Mis grandes preguntas son:

• ¿Cuánto le cuesta al Gobierno Colombiano el proceso completo de adecuar cada computador de segunda, incluyendo el bodegaje de las máquinas y partes obsoletas?
• ¿Los computadores adecuados por el CPE son adecuados para Internet y aplicaciones educativas modernas?
• ¿No sería más beneficioso seguir el ejemplo de Argentina y Brasil, e invertir los recursos en los computadores de 100 dólares?

En casa de herrero…

Mi trabajo actual es sobre modernización del Estado, gobierno electrónico, utilización de tecnologías en beneficio de la Administración Pública y cosas por el estilo. Pero como en casa de herrero azadón de palo, en la oficina en que trabajo existen todos los problemas tecnológicos y de información imaginables.

Comienzo por la ‘maldita’ red de computadores que se cae cada media hora –no exagero– a pesar de que ha sido revisada por no se cuantos expertos. En esta oficina todos se han vuelto duchos en el tema de ir a soplar un cablecito –la conexión de fibra óptica– lo cual ocasionalmente soluciona el problema.

Sigo por el tema de las impresoras. Aquí cuando se acaba el cartucho de tinta, es más fácil que traigan otra impresora a que cambien el cartucho. Pero eso no es todo, pues cada impresora que traen tiene su problema particular, por ejemplo hay una impresora a la que siempre se le traba el papel adentro y toca desbaratarla cada dos por cuatro, y otra que no admite más de una hoja en la bandeja pues si no se atasca.

Los teléfonos son el otro gran problema. No sé como demonios funciona el PBX, o si es que las secretarias no se la pasan en su oficina, pero por lo general para que contesten una llamada de la calle, hay que marcar muchas veces.

Y a falta de un teléfono fijo confiable, ni modo de decir ‘envieme un correo electrónico y seguro lo leo’, por que además de que cada rato se cae la red, el servidor de e-mail funciona cuando le da la gana recibiendo y enviando lo que quiere, de modo que a veces los correos llegan días después de que fueron enviados o simplemente nunca llegan. Es por ello, que frecuentemente cuando le escribo a colegas del trabajo o amigos, me toca verificar telefónicamente si les llego mi mensaje, eso es el colmo!!! Ah, pero los correos basura ofreciendo el Rolex, las acciones de la petrolera Koko, o cualquier estupidez de esas, esos sí los recibo puntualitos todos los días.

Algunos se preguntan por qué no utilizo mi correo personal llámese Gmail, Hotmail o cualquier otro. Pues resulta que no se puede, debido a unos filtros –a veces absurdos– que entre otras cosa no permiten acceder este tipo de sitios Web. Y por supuesto, cosas estilo Messenger o ICQ, son también un recurso prohibido

Bueno, hasta ahí dejo los problemas tecnológicos de mi oficina. Tal vez otro día volveré a rajar del tema.

Esta me la dedicó mi novia

Ser Amado (Soraya)

Es la añoranza de un beso al amanecer
Es el recuerdo de un abrazo al atardecer
Entregar mi cuerpo al poder de tus manos
Con la esperanza de ser amado

Es mi alma inquieta pidiendo ternura
Son mis labios hambrientos buscando tu figura
Tus caricias que navegan con sumo cuidado
Con la esperanza de ser amado

Cierro mi ojos. . . caigo en tus sueños
Pido un deseo. . . escucho tu voz
Muevo montañas para estar a tu lado
Darle vida a la esperanza de ser amado

Es perderme en tus ojos y encontrar un hogar
Es tenerte a mi lado cada mañana al despertar
Ver caer la lluvia arropada en tus brazos
Con la esperanza de ser amado

Es bailar contigo aunque no haya canción
Es recibir un regalo sin tener ocasión
Abrir lo que siempre he tenido cerrado
Con la esperanza de ser amado

Cierro mi ojos. . . caigo en tus sueños
Pido un deseo. . . escucho tu voz
Muevo montañas para estar a tu lado
Darle vida a la esperanza de ser amado

Es llorar en tus hombros y no sobre mi almohada
Es revelar un miedo y no sentirme aislada
Disfrutar cada momento como un día feriado
Con la esperanza de ser amado

Cierro mi ojos. . . caigo en tus sueños
Pido un deseo. . . escucho tu voz
Muevo montañas para estar a tu lado
Darle vida a la esperanza de ser amado

Otro sellito

Lo de la globalización como que no ha tocado mucho el sistema educativo colombiano. Cada vez que debo hacer algún trámite internacional con mis diplomas de universidad, esto se traduce en un sello más al reverso de los mismos.

Los últimos dos sellos con sus respectivas firmas fueron del consulado Chileno. Pero también tengo sellos del Ministerio de Educación, del Ministerio de Relaciones Exteriores, Apostilla para países miembros del Convenio de la Haya y algún otro sello que no recuerdo. Y claro, por lo general cada sello cuesta un dinerillo.

Mis diplomas ya se van pareciendo a pasaporte de funcionario diplomático, y eso que nunca han salido del país.

COMCEL, not again

En el año 2002, por el hecho de que iba a residir fuera del país, pase mi línea postpago celular de COMCEL a prepago, la cuestión fue bastante fácil con una sola llamada asunto solucionado. En aquella oportunidad fui muy feliz. Hace unos días, por el mismo motivo de antes, intenté nuevamente pasar mi línea celular actual COMCEL a prepago o en su defecto cancelarla. Esta vez fue distinto.

Llamé al famoso *611 de atención al cliente, no una vez sino cuatro, porque por extraños motivos siempre me dejaban esperando largo rato y por último se cortaba la llamada sin que yo recibiera una razón.

En cada una de las cuatro llamadas, cuando explicaba mi situación me comunicaban con alguien distinto que además de las preguntas normales para verificar mi identidad, me sometía al mismo interrogatorio: “por qué quiere pasar su celular a prepago?, esta seguro de pasar su celular a prepago?, no le interesa un plan con más minutos y más barato?, no le puede ceder la línea a alguien más?...”. Por su puesto la primera vez pasa, pero cuatro veces seguidas no.

Al final de la cuarta llamada y 50 minutos después de la primera, lo que me dijeron fue que para pasar a prepago debía pasar una carta aun centro de servicio y esperar dos facturas más. Cosa que no puedo hacer, entonces decidí cancelar el celular, para lo cual también necesitaba llevar una carta.

Después llamé nuevamente para colocar una queja sobre la atención recibida, adivinen qué dijeron… Que llevara una carta a algún centro de servicio, pues no podían recibir quejas telefónicamente.

Señores de COMCEL, permitir que una persona utilice su derecho de abandonar su compañía también es buen servicio al cliente. En esta búsqueda de conservar la lealtad de clientes lo que terminan es aburriéndolos, ¿Por qué no me podía decir lo de la carta desde el principio? Ahora que tienen cerca del 80% del mercado colombiano, ¿van a aprovecharse para desmejorar la atención?